DEFORESTACIÓN
La deforestación consiste básicamente en la eliminación del bosque para convertirlo a un uso no forestal. Puede ser originada por el hombre o de manera natural, este último caso no es el más habitual.
Está principalmente asociada a la cercanía de núcleos urbanos, carreteras y ríos y tiene numerosos impactos entre los que se encuentran la pérdida de biodiversidad, ya que, al reducir su hábitat, las poblaciones de muchas especies se reducen; la degradación del hábitat, por la fragmentación del bosque; alteraciones del clima global, al reducirse la capacidad para absorber el CO2; la alteración del ciclo del agua y la pérdida de recursos para las poblaciones locales. Entre otros impactos también se encuentra la pérdida del suelo, debido a que aumenta las tasas de erosión y se reduce la protección del suelo.
¿En qué zonas del mundo es un gran problema y por qué?
Amazonia: Si se aplican los planes previstos, su deforestación llegará a un punto de no retorno. No sólo afectará a la propia selva, sino también a otras zonas, al alterar el ciclo del agua y las lluvias de la zona. Ya se observan consecuencias, como el aumento de la estación seca y la reducción, en consecuencia, de la estación húmeda con menos lluvias. No sólo afectará a las lluvias, sino también al clima. Y si no se hace algo para frenarlo, se iniciará una transición hacia un bosque similar a una sábana.
Laos: Se tala una gran cantidad de árboles por su variedad y calidad. Aparte de la madera, en los bosques se buscan productos medicinales y cosméticos. La explotación forestal en Laos ha sido constante y creciente desde 1980. Tasa de deforestación: 5,3%
Portugal: Muchos investigadores han utilizado a Portugal como ejemplo para señalar los efectos negativos de la deforestación. Esto se debe a que en los últimos años este país ha experimentado una alta tasa de deforestación; los expertos creen que, si continúa en las próximas décadas, la nación sufrirá los efectos del cambio climático y potencialmente podría perder una gran cantidad de suministro de alimentos y de agua. Tasa de deforestación: 5,6%.
Suecia: Según informes medioambientales recientes se ha demostrado que los países europeos experimentan graves problemas de salud ambiental. Uno de los principales criterios utilizados para dicha investigación es la presencia de árboles en un lapso de más de una década. Suecia mostró una disminución muy significativa. Tasa de deforestación: 6,2%.
Finlandia: El país ha realizado esfuerzos hace unos años para proteger su bosque y prevenir la deforestación. A pesar de esto, todavía hay algunas regiones del país que no están protegidas y quedan a merced de los madereros. Tasa de deforestación: 6,4%.
Nicaragua: El país más grande de Centroamérica ha experimentado una serie de problemas ecológicos y ambientales, que el gobierno no combate con medidas efectivas, por lo que esta nación se enfrenta al aumento de la contaminación y la escasez de agua en fechas no muy lejanas. Tasa de deforestación: 6,9%.
Camboya: La deforestación en Camboya comenzó durante la década de 1970 después de la guerra de Vietnam. Los acontecimientos posteriores al conflicto provocaron una gran demanda de los árboles y sus productos y de esa forma el país se ha quedado casi sin bosques naturales. Tasa de deforestación: 7,1%.
Guatemala: La alta tasa de deforestación en Guatemala ha provocado calamidades devastadoras, ya que quedan muy pocos árboles para proteger a las personas de las fuertes lluvias. Incluso ha habido incidentes en los que la lluvia ha creado grandes charcos de barro. Tasa de deforestación: 8,2%.
Indonesia: En las últimas décadas las zonas boscosas de este país mostraron una gran reducción y la mayor parte de la tierra que antes fue parte de una selva, hoy es un yermo estéril. Tasa de deforestación: 8,4%.
Paraguay: Paraguay tiene uno de los bosques más diversos e inexplorados del mundo, con una biodiversidad muy rica y la explotación forestal amenaza con ponerle fin. Tasa de deforestación: 9,6%.
Malasia: Desde que Malasia se independizó de los británicos, el país ha basado su estabilidad financiera en la madera, ya que tenían numerosos y frondosos bosques donde cortar todo tipo de árboles. Debido a esto la demanda fue alta y la producción continúo. Cada vez queda menos por talar y desforestar. Tasa de deforestación: 14,4%
¿Qué impactos tiene?
- La pérdida de la biodiversidad: Las poblaciones de especies se reducen debido a la pérdida de su hábitat, y finalmente algunas pueden extinguirse. Incluso la deforestación localizada puede implicar la pérdida de especies endémicas, es decir, aquellas que sólo se encuentran dentro de un área específica.
- La degradación del hábitat: Las nuevas carreteras que dan acceso al corazón de la Amazonía están fragmentando los bosques con la tala y otras actividades. Estos fragmentos de bosque son más vulnerables a las sequías e incendios y a las alteraciones en su diversidad de especies animales.
- Alteraciones del clima global: Se reduce la capacidad de los bosques para absorber el dióxido de carbono (CO2). Al mismo tiempo, incrementa el CO2 liberado a la atmósfera por la destrucción de bosques.
- La pérdida del ciclo del agua: La deforestación altera los servicios críticos provistos por el ciclo del agua.
- Los impactos sociales: Con la disminución de los bosques, las personas pueden beneficiarse menos de los recursos naturales que estos ecosistemas proveen. Esto puede llevar a un incremento de la pobreza y en ocasiones, a la migración hacia las grandes ciudades.
¿Qué se puede hacer para solucionar este problema?
Lo ideal sería que cada país tomara conciencia de ello y analice las causas de deforestación y degradación ambiental. También sería interesante que pudieran hablar de ello entre países.
Para empezar, es necesario un control de la tala, a la vez que se plantan árboles jóvenes. El número de nuevas plantaciones de árboles aumenta cada año, pero el total todavía equivale a una ínfima parte del área forestal del planeta. Aumentar las zonas protegidas para preservarlos es otra opción para tener en cuenta.
A nivel individual también podemos contribuir (aunque en menor escala) a un menor consumo. Algunas acciones sencillas y que son posibles para realizar en el día a día son:
Reciclar es fundamental para poder obtener papel y otros materiales reciclados.
Aprovechar el papel usado. Todo papel que no necesitas, que ha sido imprimido solo por una cara o que has tachado unas anotaciones, reutilízalo.
Utilizar libros electrónicos. Con un libro digital se puede almacenar muchos más a menor precio, sin ocupar espacio y sin gastar ni un papel.
Utilizar papel reciclado. El papel reciclado no lleva procesos de blanqueo, no supone la tala de árboles y consume mucha menos agua y electricidad.
Imprimir lo fundamental. Imprime únicamente lo que sea necesario. También es preferible imprimir por las dos caras en vez de por una gastando el doble.
Recurre a las facturas electrónicas. La mayoría de las empresas tienen la opción de enviar las facturas por correo electrónico, así que es una buena manera de ahorrar papel.
DESERTIZACIÓN
La desertización es definida como el fenómeno por el cual un suelo cambia sus condiciones iniciales y termina por degradarse, lo que conlleva a la pérdida de características estructurales, físicas, químicas y biológicas y por lo tanto a perder su equilibrio hasta llegar a convertirse en un suelo desértico sin capacidades regenerativas.
En consecuencia, esta situación favorece la ampliación de las zonas desérticas, así como la extinción de diversas especies o, por el contrario, acelera en otras los procesos evolutivos y de adaptación.
El cambio climático, los altos niveles de contaminación ambiental y la falta de consciencia del ser humano acerca de este grave problema, son factores que aceleran el proceso de desertización. Este fenómeno no es propio de una zona o región ya que ocurre en las diversas extensiones del planeta y afecta a todos los seres vivos y su desarrollo.
Enumera las causas por las que un terreno puede quedar “desertizado”.
Las causas de la desertización pueden ser variadas y estar englobadas tanto dentro de los fenómenos naturales propios de la tierra, como aquellos que se derivan de la intervención del ser humano.
Causas naturales
En el caso de los factores naturales se pueden mencionar los astronómicos, geomorfológicos y dinámicos, entre ellos tenemos a los movimientos de las placas tectónicas, el relieve, las características estructurales de suelos (propiedades físicas y químicas), así como el estado de la vegetación que naturalmente ocupa dicho espacio. Además el clima también es causante de desertización, ya que por medio de las lluvias, vientos, radiaciones solares, heladas, sequías se puede acelerar el proceso de degradación del suelo.
Causas antropogénicas
Estas causas son: La sobreexplotación y el mal manejo de los recursos hídricos, las técnicas de cultivo utilizadas, el sobrepastoreo, la deforestación, los incendios y la presión urbanística. El mal manejo de los recursos hídricos puede generar cambios estructurales en los mismos que aceleren los procesos de desertización, la explotación incontrolada de las aguas subterráneas puede favorecer la erosión de los suelos, y los regadíos en algunas zonas pueden ocasionar salinización que conllevan al abandono de las tierras y posteriormente a la degradación.
El cultivo también influye en el empobrecimiento de los suelos, alterando sus características físicas y químicas, por ejemplo con la maquinaria agrícola. Además la siembra de variedades transgénicas puede aumentar el uso de productos tóxicos que ocasionan más daño a los suelos. El sobrepastoreo influye de manera negativa a la estructura del suelo, además que daña la vegetación del mismo.
La deforestación ocasiona que la productividad biológica de los suelos se vea alterada y se pierda, ya que al talar los árboles, disminuye la circulación del agua de la tierra, puesto que no hay vegetales que realicen su proceso de absorción y retención del vital líquido, y las propiedades de los suelos cambia, lo que ocasiona que se conviertan en más secos y que por lo tanto se dificulte el asentamiento de nuevas especies de plantas.
Los incendios también propician a la deforestación de grandes hectáreas, lo que genera a su vez suelos más pobres, secos, con grandes posibilidades que se produzca en ellos la desertización. La ocupación del suelo para la construcción de inmuebles o carreteras también aumenta su erosión y contribuye a su desertización.
El cambio climático derivado de las actividades humanas también propicia este fenómeno, al ocasionar aumento de temperaturas y disminución de precipitaciones, agravar los períodos de sequía y también puede aumentar los incendios.
En el caso de los factores naturales se pueden mencionar los astronómicos, geomorfológicos y dinámicos, entre ellos tenemos a los movimientos de las placas tectónicas, el relieve, las características estructurales de suelos (propiedades físicas y químicas), así como el estado de la vegetación que naturalmente ocupa dicho espacio. Además el clima también es causante de desertización, ya que por medio de las lluvias, vientos, radiaciones solares, heladas, sequías se puede acelerar el proceso de degradación del suelo.
Estas causas son: La sobreexplotación y el mal manejo de los recursos hídricos, las técnicas de cultivo utilizadas, el sobrepastoreo, la deforestación, los incendios y la presión urbanística. El mal manejo de los recursos hídricos puede generar cambios estructurales en los mismos que aceleren los procesos de desertización, la explotación incontrolada de las aguas subterráneas puede favorecer la erosión de los suelos, y los regadíos en algunas zonas pueden ocasionar salinización que conllevan al abandono de las tierras y posteriormente a la degradación.
El cultivo también influye en el empobrecimiento de los suelos, alterando sus características físicas y químicas, por ejemplo con la maquinaria agrícola. Además la siembra de variedades transgénicas puede aumentar el uso de productos tóxicos que ocasionan más daño a los suelos. El sobrepastoreo influye de manera negativa a la estructura del suelo, además que daña la vegetación del mismo.
La deforestación ocasiona que la productividad biológica de los suelos se vea alterada y se pierda, ya que al talar los árboles, disminuye la circulación del agua de la tierra, puesto que no hay vegetales que realicen su proceso de absorción y retención del vital líquido, y las propiedades de los suelos cambia, lo que ocasiona que se conviertan en más secos y que por lo tanto se dificulte el asentamiento de nuevas especies de plantas.
Los incendios también propician a la deforestación de grandes hectáreas, lo que genera a su vez suelos más pobres, secos, con grandes posibilidades que se produzca en ellos la desertización. La ocupación del suelo para la construcción de inmuebles o carreteras también aumenta su erosión y contribuye a su desertización.
El cambio climático derivado de las actividades humanas también propicia este fenómeno, al ocasionar aumento de temperaturas y disminución de precipitaciones, agravar los períodos de sequía y también puede aumentar los incendios.
¿Qué consecuencias tiene la desertización?
Las consecuencias de la desertización son
negativas para el ser humano, inicialmente los suelos se vuelven más vulnerables a la erosión, ocurre una reducción del nivel de las capas freáticas, empobrecimiento químico, lo que propicia cambios en las condiciones ambientales y una menor regeneración de las especies vegetales y, por lo tanto, genera un fuerte impacto ambiental, social, económico y político.
La desertización se traduce en grandes pérdidas agrícolas que van acompañadas de inseguridad alimentaria, aumento del hambre y de la pobreza, aparte de que propicia el desplazamiento de poblaciones hacia zonas aledañas que condicionen mejor calidad de vida. A nivel climático puede ocasionar grandes catástrofes, incluso a nivel político puede llegar a inducir conflictos de guerra.
Las consecuencias de la desertización son
negativas para el ser humano, inicialmente los suelos se vuelven más vulnerables a la erosión, ocurre una reducción del nivel de las capas freáticas, empobrecimiento químico, lo que propicia cambios en las condiciones ambientales y una menor regeneración de las especies vegetales y, por lo tanto, genera un fuerte impacto ambiental, social, económico y político.
La desertización se traduce en grandes pérdidas agrícolas que van acompañadas de inseguridad alimentaria, aumento del hambre y de la pobreza, aparte de que propicia el desplazamiento de poblaciones hacia zonas aledañas que condicionen mejor calidad de vida. A nivel climático puede ocasionar grandes catástrofes, incluso a nivel político puede llegar a inducir conflictos de guerra.
CONCLUSIÓN
Sí, ya que la deforestación es el proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los seres humanos y la desertización está muy ligada a la deforestación ya que es el proceso por el cual tierras fértiles y ricas en vida se convierten en desiertos.
¿Qué podemos hacer para arreglar estos dos impactos
tan importantes?
A continuación, expongo algunas soluciones al problema de la deforestación:
Ordenamiento territorial adecuado: El ordenamiento del territorio proporciona un marco estratégico para equilibrar los usos de la tierra a escala nacional, subnacional y territorial. Con esto, se garantiza la legitimidad de los planes relativos al uso de la tierra y se obtiene la aceptación de los seres humanos para edificar y construir en forma sustentable.
Promover la agricultura sostenible: Debido a la creciente demanda mundial de alimentos y otros productos procedentes de la tierra serán necesarios territorios altamente productivos gestionados de forma sostenible. La agricultura sigue siendo el factor más importante de la deforestación en el mundo y es urgente promover interacciones más positivas entre la agricultura y la actividad forestal. En las zonas donde la agricultura comercial a gran escala constituye el principal factor del cambio del uso de la tierra, es necesaria una regulación eficaz para este cambio, con salvaguardias sociales y medioambientales apropiadas.
Promover la seguridad alimentaria: Esto se puede lograr mediante la implementación de sistemas de protección social y la capacitación en nuevas tecnologías de producción de alimentos tales como la agricultura vertical y la hidroponía, en lugar de promover la expansión indiscriminada de las zonas agrícolas a expensas de los bosques. A su vez, los bosques desempeñan una función esencial en el ciclo del agua, la conservación de los suelos, la fijación de carbono y la protección de los hábitats.
Crear espacios forestales protegidos: Se deben planificar espacios protegidos o de mayor valor ecológico, de una forma diferencial. Es decir, asignar como áreas resguardadas aquellos lugares con especies, y ecosistemas que la sociedad ha considerado importante conservar.
Respecto a la desertización, se puede prevenir mediante una buena planificación en los usos del suelo a nivel local que incluya gestión de los recursos hídricos, planificación de actividades ganaderas y agrícolas menos agresivas, aplicación de técnicas agrícolas de barbecho, aplicación de tipo de cultivos adecuados para las condiciones del suelo, gestión de los bosques...Todas estas medidas además deben ser respaldadas por políticas locales. Además, todas estas medidas tienen que mantenerse con el tiempo para garantizar una gestión sostenible de los recursos.
La desertización fue el primer problema ambiental en ser considerado de carácter global. Su reconocimiento quedó formalizado en la Conferencia sobre Desertización de las Naciones Unidas (ONU). Desde entonces, se ha puesto en manos del Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas la coordinación de un intento global de combatir el problema a escala global.
Algunas de las medidas locales son:
Restauración y fertilización de la tierra. Por ejemplo, mediante la aplicación de abonos que se convertirá en humus y regenera la tierra con materia orgánica.
Combatiendo los efectos del viento construyendo barreras y estabilizando dunas de arena con especies de plantas locales.
Reforestación para la fijación de la tierra que actúa como contraviento. Ayudan a absorber el agua y la fijación del suelo, además de ser sumideros de CO2 que ayudan a combatir el cambio climático.
Prácticas agrícolas sostenibles como conservación de la biodiversidad en la agricultura en contra de los monocultivos, técnicas de barbecho, plantación de cultivos mas adaptados a las condiciones locales.
Dada la naturaleza global del cambio climático y la necesidad de cooperación internacional para la lucha contra este fenómeno, se elaboro en 1996 la Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertización (UNCCD) que simboliza el consenso de los países desarrollados y en desarrollo en cuanto a la necesidad de un esfuerzo mundial para luchar contra la desertización, lo que incluye compromisos nacionales específicos para una acción concreta a escala local.
Espero que les haya gustado esta entrada y les haya servido para adquirir nuevos conocimientos acerca de estos fenómenos. Un saludo y #Quédateencasa.
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