Hola a tod@s, esta entrada se va a dividir en varios
apartados: en primer lugar, y como pone en el título, voy a explicar la energía
nuclear en sí, incluyendo el funcionamiento de una central nuclear. Después,
voy a explicar el conocido accidente que ocurrió en la central de Chernóbil y,
por último, voy a dar mi opinión personal acerca de esta energía tan especial.
¡Empezamos!
PARTE 1: CENTRALES NUCLEARES
¿En qué consiste una
central nuclear? ¿Cómo funciona y durante cuánto tiempo?
La energía nuclear es
aquella liberada cuando se da una reacción nuclear, es decir, que se da en el
núcleo del átomo y que puede ser la que se libera de forma natural o provocada.
Es una energía de gran potencia por lo que se usa en diferentes aspectos de la
vida.
Este tipo de energía se puede utilizar para producir energía
eléctrica, mecánica y térmica. Sin embargo, pese a que su uso principal es el
de aplicarla a la vida, lo cierto es que también se ha usado con fines bélicos
y consecuencias desastrosas.
En una planta de energía nuclear la materia prima es el
uranio. Este elemento es ligeramente radiactivo y, durante la reacción de su
núcleo, se generan residuos que son altamente contaminantes y mucho más
radiactivos que el uranio, como puede ser el plutonio.
Su funcionamiento es similar al de una central térmica o el
de una planta solar termoeléctrica: a partir de una fuente de energía se
utiliza la termodinámica para obtener calor, con el calor vapor y con el vapor
accionar una turbina que generará electricidad.
La diferencia entre los diferentes tipos de instalaciones
eléctricas está en la fuente de energía: una central nuclear aprovecha el calor
liberado en las reacciones de fisión nuclear de determinados átomos, en una
central térmica la fuente de calor (energía térmica) proviene de la combustión
de uno o más combustibles fósiles (carbón , gas natural, fuel ...). Finalmente
en las plantas solares termoeléctricas, la fuente de energía es la radiación
solar.
Al igual que en una central térmica convencional, el calor se
utiliza para generar vapor de agua que impulsa una turbina de vapor conectada a
un generador que produce electricidad.
La energía térmica que utiliza la central nuclear para
generar energía eléctrica es generada por un reactor nuclear. Dentro del
reactor se producen, de forma controlada, reacciones de fisión en cadena. El
elemento que se fusiona, el combustible nuclear, es uranio natural o de uranio
enriquecido.
¿Por qué poner una planta de energía nuclear y no otro tipo
de energía?
Algunos de los motivos para poner una planta
de energía nuclear antes que otro tipo de energía son:
- La nuclear es hoy por hoy la única
alternativa “libre de carbono” operativa alcanzable que puede hacer frente a
los combustibles fósiles y por tanto al calentamiento global.
- Los residuos contaminantes de las nucleares
son los únicos que se almacenan y vitrifican impidiendo su dispersión libre a
la atmósfera.
- Los nuevos modelos de nucleares han evolucionado
tanto, que prácticamente detienen sola la reacción en cadena si se produce algún
fallo en los circuitos de refrigeración.
- Buena parte de los residuos de las
centrales nucleares pueden tratarse para volver a actuar como combustible.
- En la actualidad, la opción más lógica para deshacerse
de todo el plutonio de uso bélico acumulado por las potencias nucleares durante
los años de la proliferación, es emplearlo como combustible en centrales
nucleares.
¿Qué ventajas puede traer al municipio esta planta de
energía nuclear?
No genera emisión de gases
Las plantas nucleares permiten generar electricidad sin emitir gases de efecto invernadero.
Esta tecnología permite reducir el uso de las centrales térmicas clásicas. Reducimos el consumo de combustibles fósiles. Principalmente carbón y gas natural. Consecuentemente se emiten menos gases contaminantes (CO2 y otros).
Hay que tener en cuenta que la gran parte del consumo de combustibles fósiles proviene del transporte por carretera (motores térmicos). Principalmente se utiliza en coches camiones, etc. Por lo tanto, ahorro es relativo.
Se obtiene mucha energía con poco combustible
Con poca cantidad de combustible se obtienen grandes cantidades de energía. Esto implica dos ventajas: Ahorro en materia prima y Ahorro en transportes, extracción y manipulación de uranio. El coste del uranio supone el 20% del coste de la energía generada.
Es planificable
La producción de energía eléctrica es continua. Una central nuclear genera energía eléctrica durante prácticamente un 90% de las horas del año.
La energía nuclear no depende de aspectos naturales. Desaparece la principal desventaja de las energías renovables. En los casos de la energía solar o la energía eólica, las horas de sol o de viento no siempre coinciden con las horas de más demanda energética.
Esta continuidad favorece a la planificación eléctrica.
A nivel de coste también es planificable. El uranio no sufre la volatilidad en los precios que sufren otros combustibles como el petróleo.
No afecta al cambio climático
Al ser una alternativa a los combustibles fósiles no se necesita consumir tanta cantidad de combustibles como el carbón o el petróleo.
La reducción del consumo de carbón y petróleo ayuda a reducir el problema del calentamiento global del cambio climático del planeta. Al reducir el consumo de combustibles fósiles también mejoraría la calidad del aire que respiramos con lo que ello implicaría en el descenso de enfermedades y calidad de vida.
Coste de funcionamiento bajo
Las plantas de energía nuclear son más baratas de operar que sus rivales de carbón o gas natural. Se ha estimado que incluso teniendo en cuenta los costos cuesta:
Entre el 33 y el 50% de una planta de carbón.
Entre el 20 al 25% de una planta de ciclo combinado de gas.
La cantidad de energía producida también es superior a la mayoría de las otras formas.
Medicina nuclear
La energía nuclear también se utiliza para diagnosticar y tratar enfermedades. Algunas de las técnicas destacadas en medicina nuclear son: Radiodiolgía, Tomografía, Radiotrazadores y Escaneos.
¿Qué
pasará con los residuos? ¿Qué más inconvenientes tienen este tipo de centrales?
Desde los inicios del uso de la energía nuclear, una
desventaja importante ha sido la difícil gestión de los residuos nucleares
generados. Los residuos nucleares tardan muchísimos años en perder su
radioactividad y peligrosidad.
Existen centros para la gestión de estos recursos. En estos
centros los residuos quedan confinados durante años a la espera que se reduzca
su radioactividad. El inconveniente de estos centros es que queda una zona
contaminada prácticamente para siempre cuya gestión se tendrá que heredar
durante generaciones.
Limitación de la vida útil de los reactores nucleares
Los reactores
nucleares de potencia, una vez construidos, tienen fecha de caducidad. Pasada
esta fecha deben desmantelarse. Debido precisamente a que las centrales
nucleares tienen una vida limitada.
La inversión para la construcción de una planta nuclear es
muy elevada y hay que recuperarla en muy poco tiempo, de modo que esto hace
subir el coste de la energía eléctrica generada. En otras palabras, una de las desventajas
de la energía nuclear es la dificultad para recuperar la inversión inicial. La
energía generada es barata comparada con los costes del combustible nuclear,
pero el tener que amortizar la construcción de la planta nuclear la encarece
sensiblemente.
Desventajas en la independencia energética
El uso de la energía nuclear para la generación de
electricidad genera dependencia del exterior. Poco países disponen de minas de
uranio y no todos los países disponen de plantas de enriquecimiento de uranio
ni de tecnología nuclear para construir centrales nucleares, por lo que tienen
que contratar ambas cosas en el extranjero.
Uso militar
Probablemente la desventaja más alarmante sea el uso que se
le puede dar a la energía nuclear en la industria militar. El primer uso que se
le dio a la energía nuclear fue para construir dos bombas nucleares que se
lanzaron sobre Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Esta fue la primera y
última vez que se utilizó la energía nuclear en un ataque militar.
PARTE 2: EL ACCIDENTE DE CHERNÓBIL
¿Qué paso en Chernóbil aquella noche del 26 de abril de
1984?
El 25 de abril de 1986, se programó el
mantenimiento rutinario del cuarto reactor de la central nuclear Vladímir Ilich
Lenin y los trabajadores planearon utilizar el tiempo inactivo para probar si
el reactor podía enfriarse si la central se quedaba sin suministro eléctrico.
Sin embargo, durante la prueba los trabajadores incumplieron los protocolos de
seguridad y aumentó súbitamente la potencia centro de la central. A pesar de
los intentos de apagar el reactor, otro aumento de potencia provocó una
reacción en cadena de explosiones en su interior. Finalmente, el núcleo de
reactor quedó expuesto y expulsó material radiactivo a la atmósfera.
Los bomberos intentaron apagar una serie de
incendios en la central y, en última instancia, los helicópteros tiraron arena
y otros materiales en un intento de sofocar las llamas y contener la
contaminación. A pesar de la muerte de dos personas en las explosiones, la
hospitalización de los trabajadores y los bomberos, y el peligro de la lluvia
radiactiva y el fuego, no se evacuó a nadie en las zonas circundantes hasta 36 horas después del comienzo del desastre.
La divulgación del accidente nuclear se
consideró un riesgo político significativo, pero para entonces, ya era
demasiado tarde. El colapso ya había propagado la radiación hasta Suecia, donde
las autoridades de otra central nuclear empezaron a preguntarse qué estaba
ocurriendo en la URSS. Tras negar el accidente en un primer momento, los
soviéticos acabaron anunciándolo el 28 de abril.
¿Qué consecuencias tuvo?
Consecuencias médicas
Se estima que como resultado de la radiación, este accidente
nuclear se cobró la vida de entre 4.000 y 90.000 personas durante los 25 años
posteriores al suceso.
Además, las autoridades médicas han reportado un
significativo incremento en pacientes con diferentes tipos de cáncer, y se
reportaron numerosos casos de deformidades en los niños nacidos los años
siguientes al accidente.
Consecuencias económicas
Tan solo del accidente, el costo de la catástrofe se estima
en us$ 18.000 millones. En el año 2017 se finalizó la construcción de una gran
estructura, con forma de sarcófago, que cubre el reactor que aún libera
radiación, lo que significó un gran costo de construcción y actualmente de
mantenimiento.
Por otro lado, aproximadamente 115.000 personas tuvieron que
ser evacuadas y reubicadas de inmediato, y solo el 4% de la población recibe
ayuda financiera relacionada con el accidente.
Persiste, además, una gran área despoblada en Ucrania que
quedó contaminada con radiación, que imposibilita su producción y provecho.
Consecuencias históricas
El accidente contribuyó con el declive de la Unión
Soviética, que por sus repercusiones económicas y mal manejo político, terminó
disolviéndose el 26 de diciembre de 1991.
Luego de este accidente, se intensificaron las normativas de
seguridad en todas las plantas nucleares alrededor del mundo.
¿Cómo está la situación 34 años después?
El reactor dañado se cubrió inicialmente con un sarcófago de
hormigón gigante, para evitar que se escapara más material radiactivo. En 2016
se colocó el escudo New Safe Confinement, la estructura movible de acero más
grande jamás construida, que actúa como un hangar gigante en toda la planta de
energía nuclear. Dentro de este escudo, los trabajadores todavía trabajan para
mantener el sitio seguro. Controlan la radiación y, con el tiempo, planean
desmantelar el sarcófago de hormigón y eliminar el combustible nuclear.
Los turistas han regresado, aunque se mantienen
fuera de los sitios más radiactivos. Cada año, decenas de miles de personas
visitan la zona, a menudo para ver las ruinas de las ciudades abandonadas.
Frente al antiguo emplazamiento nuclear, una nueva central
eléctrica ha comenzado a generar energía limpia. Los paneles solares producen
suficiente electricidad para alimentar 2000 departamentos. Es un proyecto que
trata tanto de simbolismo como de economía. Para la gente del área, es un signo
de recuperación y nuevo crecimiento.
Esa recuperación es más evidente en el mundo natural. Aunque
los animales y las plantas dentro de la zona de exclusión todavía muestran
efectos de la radiación, la vida está encontrando una manera de adaptarse.De hecho, partes de la zona de exclusión se han convertido en un
refugio para la biodiversidad. Los investigadores han visto en aumento la
cantidad de osos pardos, linces, bisontes europeos, jabalíes y caballos de
Przewalski. Un efecto secundario inesperado de evacuar a las personas del área
ha sido la creación de un santuario de vida silvestre, donde las especies pueden
vivir al margen de la actividad humana.
Como resultado, algunos científicos han llegado a dos
conclusiones. Primero, que los animales y las plantas pueden ser más
resistentes a la radiación de lo que pensábamos. Y segundo, que los efectos del
peor desastre nuclear del mundo pueden ser menos perjudiciales para el mundo
natural que la presencia prolongada de los seres humanos.
Y lo más importante, ¿se podría haber evitado?
Sí se podría haber evitado. El accidente de Chernóbil fue una
combinación de un mal diseño de la central nuclear, que además no disponía de
un recinto de contención, junto con los errores producidos por los operadores
de esta, dejando fuera de servicio voluntariamente varios sistemas de seguridad
con el fin de realizar un experimento, en el marco de un sistema en el que el
entrenamiento era escaso, y en el que no existía un organismo regulador
independiente.
La Unión Soviética no tenía un sistema independiente de inspección
y evaluación de la seguridad de las instalaciones nucleares, es decir, un
organismo regulador, como en los países occidentales. El diseño de un reactor
del tipo RBMK no hubiera sido nunca autorizado en los países occidentales. De
hecho, nunca se ha construido un reactor de este diseño fuera de la antigua
Unión Soviética.
Las prácticas operativas de los reactores soviéticos no eran
homologables a las de los países occidentales. En éstos, no hubieran sido nunca
permitidas.
PARTE 3: ¿PONDRÍA UNA CENTRAL NUCLEAR EN EL PUEBLO EN EL QUE VIVO CON MI FAMILIA?
Yo no pondría una central nuclear por varias razones:
En primer lugar, los residuos nucleares. Aunque la
tecnología nuclear se utiliza desde hace más de 60 años, todavía no existe un
acuerdo internacional sobre los métodos de eliminación de sus residuos. Siempre
es incierta la posibilidad de que la mejor opción sea enterrar el combustible
gastado y de los vasos de un reactor vetusto (que también son altamente
radiactivos). Estos podrían tener fugas radiactivas hacia las aguas
subterráneas o al medio ambiente a través de movimientos geológicos.
En segundo lugar, no es necesaria. Los casos de Alemania y
Suecia permiten comprobar que, si hay voluntad política, es posible abandonar
la energía nuclear al tiempo que se reducen las emisiones de CO2 en
cumplimiento con el protocolo de Kyoto. Alemania es líder mundial en energía
eólica y posee una potencia solar fotovoltaica instalada 15 veces mayor que la
de España, a pesar de tener una irradiación solar media mucho menor que la
nuestra.
Por último, y muy importante, nuestra salud. Los
problemas de cáncer son la parte más visible de la cercanía a minas, centrales
nucleares o cementerios de residuos. La leucemia es una de las enfermedades que
suelen estar asociadas a la contaminación del cuerpo con uranio enriquecido. La
ingestión de la manera que sea, de grandes cantidades de uranio daña los
riñones e impide su funcionamiento. También el cáncer de la glándula tiroides
(uno de los órganos del cuerpo más sensibles a la radiación), es habitual. No hay
que olvidar que la radiación reduce el número de glóbulos blancos y eso nos
hace más vulnerables a las infecciones.
Espero que os haya gustado y servido de ayuda esta entrada. ¡Hasta la próxima! #Quédateencasa.