¿Qué es la Biodiversidad?
A menudo, cuando hablamos de
biodiversidad, vienen a nuestra mente imágenes de osos panda, linces ibéricos o
ballenas. Efectivamente, todos esos animales forman parte de la biodiversidad,
pero este concepto es mucho más amplio y va mucho más allá de lo que normalmente
se interpreta.
¿Qué es realmente la
biodiversidad? La definición más aceptada de biodiversidad es la que se adoptó
en el seno del Convenio sobre Diversidad Biológica en 1992: “La biodiversidad
es la variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre
otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y, otros sistemas acuáticos así como los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad
dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.”
La biodiversidad abarca, por
tanto, la enorme variedad de formas mediante las que se organiza la vida.
Incluye todas y cada una de las especies que cohabitan con nosotros en el
planeta, sean animales, plantas, virus o bacterias, los espacios o ecosistemas
de los que forman parte y los genes que hacen a cada especie, y dentro de ellas
a cada individuo, diferente del resto.
Se diferencian tres niveles,
estrechamente relacionados, en la biodiversidad:
Diversidad genética: incluye los componentes del código
genético de cada organismo y la variedad de éstos entre individuos dentro de
una población y entre poblaciones de una misma especie. Por ejemplo, la
diversidad genética de la especie humana abarcaría desde las variaciones entre
los distintos grupos propios, hasta las diferencias entre individuos.
Diversidad de especies: incluye los seres vivos con características
comunes. En este caso, la especie constituye su núcleo. Abarca también otros
grupos menores, como subespecies y poblaciones y, también, otros más amplios
que agrupan especies con características comunes en géneros, familias o clases.
Diversidad de espacios: incluye los ecosistemas como núcleo central.
Éstos son conjuntos dinámicos de plantas, hongos, animales, microorganismos y
el medio físico que los rodea, interactuando como una unidad funcional; por eso
se les denomina “ecosistemas”.
El continente con mayor biodiversidad del mundo es América.
Los expertos concuerdan en que esto se debe, en gran medida, a los procesos de
formación geológica del territorio:
Brasil: Es considerado el país más biodiverso en flora y
fauna del mundo. Su gran variedad de formas de vida se debe en gran parte al
tamaño de su territorio y a la extensión de selva amazónica que posee. La
variedad de climas y el abanico de ecosistemas que alberga hacen posible su
riqueza biológica. Tiene el mayor número de especies de mamíferos y de peces de
agua dulce y ocupa el segundo en anfibios. También ostenta el tercer lugar en
aves, es el cuarto en reptiles y tiene alrededor de 50 000 especies de
vegetales.
Colombia: Es el segundo país más biodiverso del planeta. Cuenta
con 59 áreas protegidas, 311 ecosistemas y el 60% de los páramos del mundo.
Posee 62.829 especies registradas, de las cuales 9.000 son endémicas. Ocupa el
primer lugar en orquídeas, anfibios y aves, segundo en mariposas, plantas y
peces de agua dulce. Además, ocupa el tercer lugar en variedad de reptiles y
palmeras y el cuarto lugar en mamíferos.
Perú: Es uno de los países más biodiversos del mundo debido
a su relieve y a la gran variedad de ecosistemas. Posee unas 25.000 especies de
plantas ( el 30% endémicas).La desigualdad de su relieve forma una compleja variedad
de climas, lo que se refleja en una biodiversidad muy rica. Ocupa el tercer
lugar en mamíferos, segundo lugar en aves y quinto lugar en anfibios. Cuenta
con 365 especies de reptiles y 1064 especies de peces de agua dulce.
Ecuador: Está considerado uno de los países que mejor protege
sus recursos naturales. Su ubicación en el planeta, topografía y climatología
le otorgan características especiales. Posee alrededor 18200 especies de
plantas, 4801 especies de vertebrados y cerca del 10% de todas las especies de
ranas a nivel mundial. Además, cuenta con 400 especies de mamíferos y el tercer
lugar en diversidad de aves. Tiene las islas Galápagos como parte de su
territorio, con especies únicas en el planeta.
Venezuela: Es uno de los países más biodiversos, pues
dispone de gran variedad de paisajes y climas en su geografía. Cerca del 22% de
su territorio está destinado a la conservación. Este país posee más de 320
especies de mamíferos y 197 especies de anfibios. El 12% de las 1200 especies
de peces de agua dulce son endémicas y alberga más de 3120 especies de
vertebrados. De otro lado, cuenta con un número extraordinario de mariposas,
aves y reptiles.
México: Su geografía campestre y variación climática son
factores claves. Se estima que México alberga cerca del 10% de la biodiversidad
mundial. Ocupa el primer lugar en reptiles, con más de 700 especies catalogadas
y 300 especies de anfibios registradas, ocupando el cuarto lugar. De otro lado,
también cuenta con 450 especies de mamíferos, lo que le otorga el segundo lugar
en el mundo. Además, alberga bastantes aves, peces y plantas.
Estados Unidos: Ocupa el tercer lugar en
tamaño del mundo y cuenta con de 60 parques nacionales. Estas características,
hacen que sea un país con una enorme diversidad biológica, climática y
geográfica. Posee más de 17 000 especies de plantas. Además, tiene más de 400
especies de mamíferos, 750 especies de aves, 500 especies de reptiles y un gran
número de especies marinas.
¿Hay suficiente biodiversidad en España?
España es el país europeo con mayor diversidad biológica. Más
del 80% del total de especies de plantas en Europa y más del 50% de las
especies animales se concentran en España, que tiene la mayor variedad de aves,
mamíferos y reptiles y ocupa el tercer puesto en diversidad de anfibios y
peces, según OSE.
Se estima que hay 10000 especies de plantas, de las que
6500 son autóctonas y 1500 endémicas. En cuanto a los animales, se calcula
que hay entre 50000 y 60000 especies diferentes. Entre ellas, algunas, como
el lince ibérico, sólo viven en España. La variedad de hábitats de su
territorio también es muy alta: de los 226 tipos reconocidos como de alto
interés por la Unión Europea en su Directiva Hábitats, el 54% están ubicados
dentro de las fronteras españolas.
Diversos factores explican esta gran biodiversidad. La
península, tiene una gran variedad de climas, hábitats, zonas montañosas...
En cuanto a las Canarias, su flora y fauna es distinta a la del resto del país
y de Europa, gracias a su clima particular y a su carácter insular. La tardía
industrialización, más lenta que en otros lugares de Europa, ha supuesto que se
conservaran más áreas naturales. Los usos tradicionales del territorio,
asociados a sistemas agrarios y forestales no intensivos, han propiciado
también la gran biodiversidad española.
¿ A qué se enfrenta la biodiversidad?
La transformación y destrucción de la tierra y los océanos
es la principal amenaza para la biodiversidad. El transporte, las industrias
que extraen los recursos naturales, la contaminación, las represas, la
agricultura, la pesca … han provocado cambios radicales en los hábitats de todo
el planeta. El abandono del mundo rural y la introducción de nuevas e
insostenibles actividades también desestabiliza el frágil equilibrio de los
ecosistemas.
La sobreexplotación ha acelerado el ritmo de desaparición de
especies. La caza y la pesca son las dos técnicas más antiguas que el ser
humano ha utilizado para su supervivencia. El problema es la intensidad con la
que se llevan a cabo en las últimas décadas, ya que, muchas especies están bajo
una fuerte presión debido a estas actividades. Algunos expertos afirman que en
los próximos años los océanos se pueden quedar sin recursos, de manera que la
única salida sea la acuicultura.
Las especies invasoras son la segunda principal amenaza para
la biodiversidad. El número de especies introducidas a nivel global se ha aumentado
en gran medida en las últimas décadas. El aumento de los transportes
internacionales y el turismo, la construcción de infraestructuras que rompen
fronteras naturales, el cultivo de especies acuáticas o el tráfico y abandono
de mascotas son algunas de las principales causas. Los invasores se encuentran
en el medio terrestre y acuático. La gran biodiversidad que tiene España
también se ve afectada por los cada vez más numerosos invasores, como el arruí,
la perca americana…
El cambio climático puede causar de forma directa la pérdida
de hábitats y las especies que los pueblan. El impacto que sufren algunas
especies son una prueba de que el calentamiento global afecta ya a la pérdida
de biodiversidad. En algunas regiones del planeta, el problema puede ser mucho
más grave: el derretimiento del hielo en los casquetes polares puede dejar sin
hogar a las especies únicas que lo habitan, como los osos polares o los
pingüinos.
La contaminación por agentes químicos es otro gran
elemento que participa en la desaparición de especies. Algunos lugares sufren todavía altos niveles de polución que repercuten en la
biodiversidad. Un problema particular que suele pasar inadvertido es la
eutrofización: el agua recibe un vertido (directo o indirecto) de nutrientes,
como desechos agrícolas o forestales, y con el paso del tiempo, y en función de
las condiciones ambientales, la descomposición de la materia orgánica forma
verdaderos cenagales sin apenas formas de vida.
¿Por
qué es importante mantener la biodiversidad?
1.Dependencia Entre Especies
Aunque la selección natural indique que solo el más fuerte
sobrevive, en realidad la existencia de todas las especies se encuentra
interrelacionada.
Todas las especies dependen de la acción y el trabajo de
otras formas de vida para poder sobrevivir. A este fenómeno se le conoce como
cooperación para la supervivencia mutua.
En caso de que faltase alguna especie dentro de esta
relación de cooperación mutua, el ecosistema se desbalancearía formando mayores catástrofes ambientales.
2 – Fijación de Nitrógeno en el Suelo
La relación que existe entre las bacterias, las plantas y el
suelo se conoce como el ciclo del nitrógeno. Este proceso es fundamental para
la conservación de la biosfera del planeta en estado óptimo, por tanto, es
primordial para la presencia de la vida en la tierra.
Este ciclo involucra la participación de múltiples
organismos. En caso de que llegase a faltar alguno de estos organismos, el
ciclo se vería alterado de forma dramática, afectando en consecuencia la
formación y existencia de otras formas de vida ajenas al ciclo.
En la actualidad, el ciclo natural de nitrogéno está
alterado debido a las técnicas de agricultura industrializadas.
De esta manera, muchas formas de vida son aniquiladas y el
balance natural de los ecosistemas se ve alterado.
3 – Importancia para la Ciencia e Ingeniería
La ciencia ha buscado formas de copiar el comportamiento y
mecanismos que se encuentran en la naturaleza, ya que estos son el resultado de
millones de años de evolución.
Un ejemplo de esto puede ser la producción de la seda de las
arañas, la cual presenta una mayor fuerza de tensión que ciertas aleaciones de
metales ideadas por el hombre, a pesar de que se encuentra fabricada solo de
proteínas.
De esta manera, los biólogos analizan estos procesos de
forma más profunda para determinar si es posible reproducir este tipo de
fenómenos a escala humana.
4 – Uso Humano e Interés Biológico
Muchas personas apoyan las causas ambientales en pro de la
conservación de la belleza de la naturaleza, sin embargo, la razón principal
por la que se debe promover el cuidado de la biodiversidad trasciende estas
razones.
La tierra ha sido definida como un gran organismo viviente o
sistema que únicamente es posible gracias a la interdependencia entre la
naturaleza de todas las especies.
Es así como muchos científicos han determinado que el
balance ecológico y la biodiversidad son cruciales para la existencia de la
Tierra y la vida humana.
5 – Limpieza del Agua y del Aire
Cuando la biodiversidad es protegida, las especies animales
y vegetales encargadas de filtrar y limpiar los recursos hídricos pueden vivir
plenamente.
De esta forma, se mantiene un balance donde todas las
especies que requiere del agua para sobrevivir lo puedan hacer.
Por otro lado, la purificación del aire únicamente es
posible gracias a la acción de los diferentes tipos de plantas y bacterias que
coexisten dentro de los ecosistemas.
En caso de que la biodiversidad se vea afectada, la
purificación del aire se hará más difícil.
6 – Prevención de Desastres
La protección de la biodiversidad contribuye a la
estabilización de los diferentes ecosistemas del mundo.Cuando los ecosistemas
se encuentran en condiciones óptimas, es menos probable que aparezcan
reacciones ambientales, como desastres naturales.
7 – Fuente de Alimento
Una biodiversidad saludable ofrece múltiples servicios a
todas las especies del mundo. Un mayor número de especies de plantas, hará
posible el cultivo de diversas fuentes de alimento.
También hará posible el desarrollo de otras formas de vida
cuya existencia depende del consumo de los diferentes tipos de plantas
cultivados.
Este principio opera de igual manera para todas las
especies, ya que aquellas que consumen carne únicamente pueden sobrevivir cuando
sus presas pueden reproducirse y crecer de forma exitosa.
8 – Otros
Formación y protección de los suelos.
Producción y almacenamiento de nutrientes.
Contribución a la estabilización del clima.
Mantenimiento de los ecosistemas.
Producción de recursos biológicos como alimentos.
Producción de recursos necesarios para la industria
farmacéutica.
Preservación de valores culturales.
Prolongación de la existencia de la vida en el tiempo.
Producción de recursos necesarios para el consumo humano.
Cuando los recursos biológicos son destruidos, su
recuperación es lenta y costosa. Por lo tanto, cuidar la biodiversidad es una
manera estratégica de evitar posteriores complicaciones y prevenir la extinción
de especies que pueden ser fundamentales para la existencia de otras formas de
vida en el planeta.
¿Cómo
podemos relacionar el coronavirus con la biodiversidad?
La extensión de la infección por el Coronavirus es un
problema a nivel casi planetario. También es una evidencia, que exige
soluciones globales, entre ellas la de disponer de vacunas y tratamientos
adecuados y locales al mismo tiempo.
Hace diez años, la ciencia revisó y comprobó el papel
protector de la biodiversidad ante virus parecidos e incluso mucho más
peligrosos que el coronavirus. Una única especie, Homo sapiens, está haciendo
desaparecer la biodiversidad global: estamos amenazando ya a más de un millón
de especies. Esto es tan preocupante como paradójico, ya que a los múltiples
beneficios de la biodiversidad se suma uno clave, especialmente en estos
momentos: nos protege de enfermedades infecciosas. La existencia de una gran
diversidad de especies que actúan como huésped limita la transmisión de
enfermedades como el coronavirus. Más del 70% de las infecciones emergentes de
los últimos cuarenta años han sido zoonosis, es decir, enfermedades infecciosas
animales que se transmiten al ser humano. Con frecuencia, en estas zoonosis hay
varias especies implicadas, con lo que cambios en la diversidad de animales y
plantas afectan a las posibilidades de que el patógeno entre en contacto con el
ser humano y lo infecte.
Con la simplificación a la que sometemos los ecosistemas,
eliminando especies y reduciendo procesos ecológicos a su mínima expresión,
estamos aumentando los riesgos para la salud humana a gran escala. Virus del
Nilo, virus del Ébola, enfermedad por virus de Marburgo, fiebre de Lassa, virus
de Nipah, Rift y muchas enfermedades más son zoonosis que figuran en la lista
de enfermedades prioritarias, establecida por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) en 2018. Todo esto forma parte y es
consecuencia del cambio global, es decir, de la injerencia voluntaria e
involuntaria, directa e indirecta, del ser humano en los sistemas naturales del
planeta.
Actualmente, la única conexión que se ha hecho entre el
coronavirus y la ecología ha sido la reducción de emisiones de gases con efecto
invernadero. Se ha visto que en sólo tres semanas China ha reducido las
emisiones en 150 millones de toneladas de CO2 lo que supone el 25% de sus
emisiones, el 6% de las emisiones globales del planeta, y equivale a lo que
emite toda la ciudad de Nueva York en un año. Es una buena noticia con relación
al cumplimiento del Acuerdo de Paris en materia de cambio climático. Sin
embargo, la conexión más relevante es precisamente la contraria. No es tanto
cómo el coronavirus afecta a los ecosistemas y al medio ambiente sino como
estos afectan al coronavirus. Se nos olvida la importante labor protectora ante
infecciones, epidemias y pandemias que juega una naturaleza bien conservada.
Muchos ven en la ganadería, agricultura y avicultura
intensivas. la causa del actual brote epidémico y de otros previos como el
SARS-CoV en 2002, la gripe aviar en 2003, la gripe porcina en 2009, el ébola en
2013 …. Los tamaños y densidades de población elevados aumentan las tasas de
transmisión. El alto rendimiento, proporciona un suministro de susceptibles que
es renovado continuamente y que es el combustible para la evolución de la
virulencia. En otras palabras, el agronegocio está tan centrado en las
ganancias que la selección de un virus que podría matar a millones de personas
se considera un riesgo aceptable. Para reducir la aparición de nuevos brotes de
virus, la producción de alimentos tiene que cambiar radicalmente. La autonomía
de los agricultores y un sector público fuerte pueden frenar los problemas
ambientales y las infecciones descontroladas. Es muy conveniente introducir
diversidad en las variedades de ganado y cultivos en una reestructuración
estratégica, tanto a nivel de granja como regional.
Comer animales salvajes es para muchas regiones del planeta
la única opción alimenticia. Pero ello conlleva riesgos muy graves para la
salud de la humanidad como estamos viviendo con la crisis del coronavirus y
como vivimos, por ejemplo, con el Ébola. Además, la biodiversidad nos protege
de infecciones. Por esto, hay que encontrar un nuevo equilibrio global entre
comer y proteger animales salvajes porque en ambas cuestiones nos va la vida. Por desgracia, las primeras especies en desaparecer de los ecosistemas son las que más reducen la transmisión de patógenos, como se comprobó en el virus del Nilo y con el síndrome pulmonar por hantavirus.
No sólo la biodiversidad nos protege de los virus. Los
ecosistemas estables y funcionales lo hacen en general y de múltiples formas.
Pero la función protectora de los ecosistemas se está debilitando con el cambio
climático. Es particularmente preocupante en este sentido la pérdida de hielo y
de suelos congelados. Con el calentamiento global los hielos, simplemente, se
funden y al hacerlo liberan todo tipo de gases, muchos de ellos con un potente
efecto invernadero. Además de gases, liberan virus.